Dos novelas de Max Aub: … y «La calle de Valverde»

    Ya me he referido antes a «Las buenas intenciones», me toca seguir hablando de «La calle de Valverde»

     Así se valora esta obra en el Del blog El Cresta:

 Una de las cosas que llaman la atención de la obra y que dice mucho de Aub es que no haya descripciones y que, sin embargo, el lector tenga la sensación de que se le ha descrito toda una época de manera rigurosa y precisa. Todo ello, como digo, gracias al lenguaje expresivo y riquísimo en los diálogos, donde cada personaje, y son muchísimos, habla de manera diferente y singular. (¿Quién era aquel autor del 98 que hacía hablar igual a todos sus personajes?). También aprovecha para criticar las posturas políticas de la época, no siendo en este sentido nada sectario. Se muestra crítico con Sbert, líder estudiantil entonces, de la FUE (posterior dirigente de ERC). También es muy crítico con los anarquistas, entre los que más o menos sitúa al célebre militar conspirador contra Primo de Rivera, Fermín Galán, así como a otros personajes algo oscuros. Pero donde reparte más es entre algunos dirigentes del PSOE, entonces colaboracionistas con la dictadura, al aceptar su participación en el Congreso. Nos muestra las discrepancias entre las facciones de Besteiro y Largo Caballero, que pretender colaborar, y la de Indalecio Prieto, que es contrario. Posteriormente, y ante la creación de la Asamblea Nacional,Besteiro se queda solo y Aub, que muestra simpatías hacia él, le critica hondamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     En este mismo enlace  encuentro todo un documento iluminador para entender la obra narrativa de Max Aub y en concreto de esta obra:

La calle de Valverde es una crónica novelada de la España primorriverista, donde la maestría absoluta de la técnica y el lenguaje de Aub la hacen ser una novela extraordinariamente rica. Aub se distancia de los personajes mediante la caricatura y la ironía, en ocasiones, o como narrador omnisciente, otras, transmitiendo con ello un retrato fiel y creíble de aquellos tiempos, sin mostrar nostalgia en absoluto al hacerlo.

Es un admirable ejercicio literario para comprender y ver lo que era el mundillo literario madrileño, donde el autor mezcla con gran maestría personajes reales, trasuntos de estos y creaciones propias. No en vano los lugares donde desarrolla la trama no pueden ser más emblemáticos: la tertulia literaria (Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Ortega, Lorca, Alberti, Bergamín), la política -y la conspiración- (Araquistáin, Añaza, Negrin, Álvarez del Vayo), la casa de huéspedes, el mundo de los opositores (que vincula a los tres anteriores).

    Más allá de la significación literaria de estas novelas, incluso de los contenidos, quiero mostrar lo que sigue:

  • Lectura difícil: no hay UN personaje principal, sino muchos y más bien secundarios. En ciertos momentos no es fácil identificar el personaje sobre el que de nuevo se está hablando; tantos jóvenes, adultos, chicas, novias o amantes, de clase burguesa o popular.
  • Descripciones rápidas y más o menos breves de los familiares, amigos, vecinos, circunstanciales…de los anteriormente aludidos
  • Mezcla de personajes históricos, incluso muy conocidos en la política, en la literatura y otros figurados, incluso algunos que ya han salido en otras de las novelas del autor.
  • Cuadros vitales de dichos personajes, que pocos acaban, unos son insinuados, otros continúan en otros capítulos, así como otros desaparecen para siempre.

    Por todo ello, ha habido momentos en que he dudado en seguir la lectura de esta novela que, bastantes larga, llega a ser complicada para la narrativa actual a la que estamos acostumbrados.

     No obstante la dificultad de léxico, es agradable «ver» los lugares (calles, ciudades…) descritos, descubrir la variedad de tipos diferentes  del Madrid acogedor de todos los arrivistas de la periferia y los autóctonos,  narrar con tanta rapidez lo sucedido en sus inverosímiles relaciones (profesionales, políticas, amorosas… de amigos y compañeros).

    Todo un mundillo que al final el lector llega a conocer esa Calle de Valverde, ese Madrid, esos bares y sobre todo esas tertulias que tanto han trascendido en la historia de la cultura española.

Acerca de jauhaltesevilla

Jubilado, intento cultivar mis aficiones: historia, lectura, fotografía y salir de viaje con mi Furgo cuando puedo. Me interesa el presente, pero quiero especialmente entender el Siglo XX, sobre todo esta Europa nuestra.
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