Hoy, 11 de diciembre, encantado de ir a la invitación de los valdorbenses para conocer de la mano sabia de uno de sus voluntarios dos maravillas de sus más de 30 iglesias románicas del valle. Nos hemos citado en Echano. Ha sido una borrachera de escultura en su magnífica portada y los extraordinarios canecillos. La gran fiesta de Jano y la luz hecha piedra. Sin olvidar el impacto sonoro en su interior. Ver una de mis entradas, primer contacto con el románico de la Valdorba.
Ahora, más que preocuparme de la cámara para hacer fotos, ha sido muy gratificante escuchar las explicaciones histórico-artísticas de nuestro guía: son muchas las lecturas a realizar delante de una joya del románico. En este caso, identificar lo esculpido y de vez en cuando con algún motivo concreto intentar penetrar en las ideas de los habitantes de estas tierras en aquellos tiempos. Puede hacerse desde lo que pretendía el comitente, el equipo de escultores, monjes …
A destacar los significados relativos a reminiscencias paganas, fiestas, y su redefinición entre los cristianos medievales. Nos queda una nueva cita para ir en el solsticio de verano y comprobar la simbiosis entre la luz y la piedra.
Otro día me referiré a la iglesia de Eristain, también de la Valdorba.